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Coaching: Mi nueva forma de ver el mundo

por Escuela NEW COACHING

La esencia del Coaching se relaciona con el aprendizaje y como tal luego de un aprendizaje nada es igual. El coaching ontológico tiene como base el lenguaje y postula que los seres humanos somos seres lingüísticos y así lo comprendí. Desde el lenguaje generamos nuestras limitaciones y desde el lenguaje ampliamos nuestras posibilidades. Comprometida con este proceso de Coaching que inicié me dispuse a observarme, cuestionarme y cambiar la persona que estaba siendo. El coaching ontológico implica una intervención e interpelación sobre uno mismo que modifica nuestro ser, no se relaciona con nuevas habilidades ni capacidades sino lo que está en juego es nuestra forma de ser.

El Coaching como aprendizaje no es aprender en el sentido de estudiar, recolectar información o incorporar conocimientos súbitos sino que el coaching es el proceso mismo de aprendizaje y crecimiento, es vivencial. Durante el cursado de Coaching, me di cuenta que las interpretaciones en la que estaba viviendo se habían vuelto insuficientes para afrontar innumerables situaciones y crisis que se me presentaban. No es sólo el pensamiento el que es insuficiente, sino también nuestras ideas acerca del aprendizaje. Necesitamos tomar conciencia de que nuestras viejas interpretaciones ya no funcionan en este nuevo mundo en el que vivimos.

Para hablar de Coaching debo compartir una distinción que se llama el Observador, término clave en esto del coaching. Todos somos observadores en este mundo y como tales actuamos y nos conducimos. Como consecuencia del actuar, se producen ciertos resultados. Cuando este observador actúa, decimos: “Estoy contento con los resultados obtenidos” o “No estoy contento con los resultados obtenidos”. Y si no estamos contentos con los resultados revisamos la acción. Muy raramente se nos ocurre cuestionar al observador que fuimos, que es quién logró esos resultados. Si ponés atención sólo en la acción, lo que pasará es que podrás hacer más, podrás
hacerlo mejor, pero siempre harás sólo lo que el observador puede hacer. Dado el observador que soy , todos somos observadores diferentes, realizo acciones que me son posibles. Es así que puedo corregirlas, modificarlas, mejorarlas, pero siguen siendo esas acciones. Para comenzar a entender al observador debemos prestar mucha atención al lenguaje. El lenguaje tiene poder, es así que podemos constituir mundos diferentes. Cuando nos ponemos a conversar, comienza a surgir una nueva realidad, que no estaba antes allí, lo que me permite un sin número de acciones posibles que tampoco estaban antes allí. Eso es coaching, así lo entendí. De manera que mediante el observador, el lenguaje no sólo describe el mundo, sino también lo crea. Por eso son muy
importantes las conversaciones. Vivimos en un mundo de conversaciones. Otro tema relevante es el poder de las interpretaciones. Cuando vivimos una experiencia, cuando enfrentamos cualquier situación, una de las cosas que hacemos es explicarlo. Y lo interesante al respecto es que una vez que hemos dado nuestra explicación se nos olvida que la explicación es sólo nuestra explicación, y comenzamos a creer que la explicación pertenece al hecho o situación que acabamos de explicar.

De manera que las conversaciones y las formas de explicarse tienen que ver con el lenguaje, pero también hay algo más que conforma al observador, y es lo emocional, los estados de ánimo y las emociones. El mundo es distinto si estamos deprimidos o si nos sentimos bien. Cuando comenzamos a tomar conciencia que esto, es parte del observador que somos, empezamos a darnos cuenta que lo emocional es generador de predisposiciones para la acción. De modo que cuando estamos en diferentes estados de ánimo estamos predispuesto también a actuar de
manera diferente es decir según cómo nos sentimos. Podemos aprender a regular nuestras emociones, esto se llama inteligencia emocional.

También me quiero referir y es parte del observador, el cuerpo, no muchos lo tenemos en cuenta. La postura del cuerpo habla de nosotros y es más cuando cambiamos nuestra postura es posible que nuestro discurso comience también a cambiar, el cuerpo habla. La forma corporal de alguien triste, por ejemplo, comienza a ser coherente con la tristeza y con las interpretaciones lingüísticas que le corresponden. Cuando hablamos, actuamos. Por eso es tan importante la coherencia entre lo que decimos y hacemos. Todo lo que hacemos es hablar, es sostener
conversaciones.

Por último y cómo decía anteriormente, somos seres lingüísticos, y por lo que el gran desafío es desarrollar una mejor escucha para interpretar mejor a nuestro interlocutor y así mejorar nuestras interrelaciones personales poniendo en práctica la empatía que tan bien recibida es para quien necesita ser entendido y mejor escuchado. Se puede aplicar Coaching en todas las áreas de nuestra vida, nos sitúa en un espacio distinto, permitiéndonos desarrollar nuevas miradas y por lo tanto nuevas interpretaciones.

El coaching ontológico te permitirá comenzar a ser consiente del observador que estás siendo y el que quieres ser. Te invito a que lo vivencies y mejores tu calidad de vida.

Raquel QUISPIA
Coach Ontológico Profesional

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