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Coaching: Motivación para deportistas amateurs

por JORGE REVOUX

El real motivo por el que verdaderamente hacemos las cosas que hacemos es la motivación. Ésta es la que nos moviliza para lleva a cabo determinadas acciones, para conseguir lo que queremos, persistiendo ante los problemas, no rendirnos para finalmente conseguir la meta por la que previamente se ha trabajado.

El objetivo de este artículo es mostrarte de dónde proviene la motivación en los deportistas “aficionados” y como el Coach tiene a su disposición otras herramientas ajenas al ámbito deportivo para desarrollarla. Una de estas herramientas es el Coaching Deportivo, metodología muy potente de autodescubrimiento y desarrollo humano.

¿Cuántas veces decidiste iniciar algún deporte o empezar el gimnasio y abandonaste antes de ver cualquier resultado?
El primer objetivo de un Coach es conocer el nivel de motivación de su coachee, si es suficiente, y en caso contrario cómo estimularlo. Una excelente pregunta para empezar es: ¿para qué quieres realizar esa actividad física en concreto? Las respuestas mas comunes son “para ponerme en forma” o “perder unos kilitos” probablemente te supondrá un esfuerzo significativo y dedicación, por no hablar de dinero. ¿Realmente merece la pena? ¿Qué te hará superar las dificultades y persistir a lo largo de los meses o incluso de los años?

Esa constancia la da la motivación. Para mí, existen básicamente dos tipos de, una de carácter positivo y otra negativo. Como animales que somos actuamos por dos motivos tremendamente simplistas, pero efectivos: huimos y escapamos de lo que nos produce dolor y vamos, nos encaminamos a lo que nos produce placer y felicidad. Todo lo que hacemos, pensamos y creemos tiene su base en este tipo de fundamento. Obvio es afirmar que cada persona tiene a su vez una
visión distinta del dolor y el placer.

Por este motivo, el siguiente paso que realizo con el cliente es asistirlo a través de una reflexión donde pueda reconocer y verbalizar qué dolor o inconvenientes le genera “ponerse en forma” o “perder unos kilitos” y qué beneficios y placeres disfrutará si trabaja para lograr esos objetivos.

Este breve ejercicio es una garantía en numerosas ocasiones para conseguir el compromiso a largo plazo del coachee.
En general, si se cree que hay más placer que dolor al hacer algo, es fácil mantener la motivación. De igual forma, si hay más dolor asociado con la tarea que placer, entonces no vas a estar motivado a seguir practicando deporte y el deportista intentará evitar la situación. Por esta razón, hay que evaluar y chequear el fundamento de los argumentos planteados por el cliente para conseguir constancia en la práctica deportiva.

Por otro lado, si tu no puedes encontrar motivación para realizar algún tipo de ejercicio es posible que tenga asociadas unas fuertes creencias negativas del tipo: “aunque haga deporte no voy a conseguir a adelgazar, nunca lo consigo”, “aunque haga deporte no voy a conseguir tener masa muscular, es imposible, no tengo la genética” “haga lo que haga el técnico nunca me pondrá en el equipo titual”. En primer lugar, para modificar esa desmotivación y dirigirla en beneficio del entrenamiento, puede resultar útil aprender a reformular las creencias, reemplazar el dolor con el
placer: “ si otras personas han adelgazado haciendo deporte… si han aumentado de masa muscular…puedo realizar un entrenamiento similar, si otros lo han conseguido ¿por qué no yo?”.

En segundo lugar, se puede añadir algo de dolor, se puede pensar en todo el dolor que experimentará si no se hace ejercicio. Por ejemplo: “voy a engordar y no me voy a sentir a gusto con mi cuerpo si no hago deporte”. Cuanto más fuerte sea el dolor que el deportista quiera evitar, y más el placer obtenido de la situación más sencillo será motivarle y entrar en acción.

Otras claves para motivarle son.
• Establecer objetivos realistas. Disfrutar de pequeños logros a corto plazo, realistas y que contribuyan a generar un estímulo a largo plazo para avanzar hacia una meta algo más ambiciosa.
• Celebrar los progresos. Se deben registrar los progresos y avances conseguidos durante el entrenamiento y celebrarlos.
• Divertirse y variar. Elegir actividades que contribuyan a hacer más recreativa y menos aburrida la práctica deportiva.
• Visualizar la meta que le gustaría conseguir. Describir una imagen del cliente con el objetivo cumplido y llevarla a la mente en repetidas ocasiones para integrarla y hacerla suya.

Imaginen un equipo deportivo amateur (futbol por ejemplo) donde sus integrantes no estén motivos, ¿cuál sería el rendimiento y resultado final? Y contrarrestando con otro equipo donde sus integrantes estén motivados tanto individual como colectivamente.!! Seguramente ellos lograrían clasificar a cualquier instancia que se propongan!!

Federico Venencia
Director Escuela New Coaching
Master Coach Internacional

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