Si te propongo que te sientes a reflexionar un momento sobre las preocupaciones que tenes en tu vida, sobre las cosas que te aquejan y no te dejan descansar, ¿qué resultados obtendrías?
Una gran parte de nuestra energía se consume en los diferentes tipos de problemas que tenemos en varios ámbitos de nuestra vida y en no saber cómo resolverlos. Pero lo grave es cuando asimilamos de forma innata en nuestro vivir que “vivir con problemas es natural”. Lo natural es vivir de la mejor manera que encontremos con nuestras herramientas y saber que ese bienestar no tiene por qué tener un techo, ya que como siempre postulamos desde el Coaching el techo lo ponemos nosotros mismos.
Una herramienta muy poderosa es saber identificar esos problemas que nos agobian y saber qué hacer con ellos (en el caso que podamos hacer algo). Veamos:
Lo inicial es darnos cuenta que ese problema que tenemos es un problema porque nosotros lo interpretamos de esa manera. Por ejemplo que mi hermano no encuentre trabajo no es un problema en sí mismo, yo lo transformo en un problema para mí porque así lo interpreto. ¿Qué pasaría si ante la misma situación yo interpreto que es una oportunidad para que él mismo se dedique a vender esas artesanías que construye en madera? Ya no sería un problema para mí, sino una situación que presenta una oportunidad.
Ese es el primer paso que quiero brindarte como herramienta para mejorar tu calidad de vida: “las circunstancias y los hechos no son el problema en sí, el problema es lo que yo interpreto de ellos”.
¿Por qué no haces una pequeña lista de las cosas que en este momento te están preocupando? Podría sorprenderte que la forma en que estas observando el mundo sea una pieza clave para destrabar esos conflictos y alivianar tu mochila imaginaria de problemas.
Un segundo paso es identificar lo que Stephen Covey denomina los círculos de influencia y de preocupación. Cuando tengas ese listado en tus manos discrimina conscientemente cuáles de esos problemas dependen de ti solucionarlos y cuáles no. Si me preocupa el clima de violencia en Medio Oriente debo razonar ¿Depende de mí solucionarlo? ¿Tengo la posibilidad y las herramientas para hacerlo? Si me preocupara que mi mama fume dos paquetes de cigarros por día razonar: ¿Depende de mí solucionarlo? ¿Tengo la posibilidad y las herramientas para hacerlo? De esta forma y con estas preguntas o algunas similares que quieras hacerte, veras como dentro de tu lista hay situaciones en las que no tenes ningún tipo de implicancia ni posibilidad de solucionarlas. Entonces una pregunta poderosa sería: ¿Si no puedo hacer nada, cuál es el sentido de preocuparme? ¿Qué beneficios obtengo?
De esta manera podemos empezar a ver que nuestra lista de preocupaciones son tantas como nosotros queremos que lo sean, y que la podemos reducir notablemente a una lista de cosas de las que podamos dejar de preocuparnos y centrar nuestra energía en ocuparnos de las que sí dependan de nosotros.
La diferencia radica en:
Preocupaciones = No podemos hace nada / Ocupaciones = La solución depende de mis actos.
¿Qué tipo de vida querés vivir?