Sin duda alguna los seres humanos somos seres emocionales, actuamos a partir de emociones y/o buscamos sentir otras diferentes. Primero coordinemos que se entiende por emoción: Etimológicamente el término emoción viene del latín emotĭo, que significa «movimiento o impulso», «aquello que te mueve hacia». Esto es que la emoción es un impulso interno que nos lleva a accionar de una forma determinada en una situación específica.
Para empezar a identificar tus emociones tenes que practicar el percibir que es lo que estas sintiendo ante un estímulo en particular. En este momento que estás leyendo este articulo ¿Qué estas sintiendo? ¿Qué emociones pasan por tu cuerpo?, ¿Cuándo estás trabajando que sentís? ¿Cuándo estas con tus seres queridos que emociones pasan por tu cuerpo? Respondiéndote a estas preguntas podes iniciar el descubrimiento de que estas sintiendo. Es muy común confundir lo que siento con lo que pienso y de esta manera creer que lo que yo estoy imaginando o pensando es lo que estoy sintiendo. Sentir y pensar son dos cosas diferentes (puedo pensar en un asado, pero lo que siento es el placer de comerlo).
Entonces aclarando que emoción es sentir (no pensar) podemos empezar a preguntarnos como se forman estas emociones. ¿Por qué ante una película de terror algunas personas sienten miedo y otras no? ¿Ante una situación dramática alguien llora y otro no? Esto se debe a como ya lo vimos en artículos anteriores cada uno de nosotros interpretamos los hechos de manera diferente, y es esa interpretación de lo acontecido lo que servirá como base para que la emoción que sentimos a partir de esa misma interpretación se explaye con una acción en particular (risa, miedo, llanto, etc)
Seguimos avanzando y nos damos cuenta entonces que las emociones que sienten cada uno de Uds. no son emociones que tengan prefijadas de manera permanente, si no que estas se pueden ir modificando dependiendo de las interpretaciones que tengamos de las situaciones o de las personas. Si entendemos que hay personas más propensas a llorar que otras o algunas que sienten más miedo que otras no es porque esas personas (o nosotros) seamos llorones o miedosos, si no que tenemos una percepción diferente. Si no pregúntense porque cuando éramos chicos nos divertían o temíamos a cosas que ahora no lo harían. Y acá es punto a reflexionar: no son las cosas las que me divierten o aburren, son mis interpretaciones de esas cosas las que despiertan cierta emocionalidad y no otra.
Cuando empiezas a practicar estos dos puntos iniciales (la emoción no es lo que pienso si no lo que siento y que mi interpretación será la causal de determinada emoción) podrás con seguridad empezar a entenderte de manera diferente y también a los demás, respetarlos y respetarte y mejorar tu calidad de vida.
Nadie tiene las emociones que tiene porque sí. Justamente podemos nosotros mismos con estas herramientas que te brinda el Coaching y la Inteligencia Emocional, manejar nuestras emociones de manera efectiva para nuestros objetivos.
Federico VENENCIA
Máster Coach Internacional